FRAGMENTO DEL DIARIO DE VERDNE
Domingo 18
Inició el día como más me gustaba, nubes grises, suelo
húmedo con ese olor delicioso que desprendía la tierra, junto con la delicada
frescura del viento.
¡Hoy será un gran día! - Exclamó Thomson
Pues ya llevaba toda una jornada sin apenas tocar
bocado.
- Inicié recorriendo el bosque despacio, sin apuro alguno, observando, oliendo discretamente; cuando de pronto, algo se movió en medio de los arbustos y llegó hasta mis fosas ese exquisito olor a sangre tipo V, ¡ufff! desayuno, almuerzo y cena ¡incluso alcanza para el postre! ¡qué delicia!
No me podía negar, me estaba muriendo de ganas por
saber que había allí, su aroma sin igual me confundía y no lograba diferenciar
si era un lobo, un león o una liebre.
Entonces emprendí mi embestida caminando muy despacio sin hacer ruido, cuando de la nada sobresalió y me exaltó, no podía creer lo que veía, ¡era tan... tan, pero tan horrible! ¿Pero por qué mi corazón palpitaba a 34.750 minutos por hora? ¿qué me estaba pasando? ¿qué le ocurría? Yo que creí que ya ni corazón tenía, ¿qué era ella? ¿de dónde salió? ¡No entiendo nada! ¿acaso una humana? Tantos años habían pasado ya. Desde 1945 al descubrir que era diferente a los demás humanos tuve que dejar mi hogar y desde entonces no apreciaba tal cosa, ya ni recordaba que así lucía una mujer. Ya eran las 20:30, eso me decía la luna; y yo… aún no había comido nada.
Y ella aún seguía ahí, de rodillas en el piso ¿esperando qué?
¿qué le ayudará? – jumm, yo le ayudo y queda hecha trozos, aunque… mi corazón me pedía lo contrario.
Pasaron como 333 minutos y no lograba decidir qué hacer con
esa cosa rara, bueno… si, ¡esa mujer! es que huele tan bien que mi estómago me
lo agradecería por la eternidad, pero si lo hago me reprochare hasta el siglo XXIII.
Y no deja de verme ¿acaso que tengo? Yo que sepa luzco muy
bien.
De pronto: su voz, su hermosa voz, ¡no! ¿Como que hermosa? duele,
es espantosa, rechina en mis oídos, ah, sí, ¿qué decía? ¡ayúdame! ¿ayúdame de
qué? yo la veo bien, bueno esta un poco
delgada, sucia, apenas tiene ropa, pero… ese olor ¡uff! es tan placentero que no creo contenerme.
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