Estar aquí..
Todo tuvo desenlace el día 23 de marzo del presente año (2023), al enterarme que no sería admitida como profesional en la policía nacional, una noticia bastante devastadora para ese momento, cambio el rumbo total de mi vida, minutos antes había mencionado a dos de mis compañeras: María José una china morena, bajita, carismática y muy humilde, Lorena, alta, sería, sarcástica y con un cuerpo hermoso; no sé cómo me tomaría el no poder pasar, realmente quiero ingresar, pero el miedo estaba presente al ver como 2 de cada 10 eran admitidos, como mis compañeros salían con los ojos rojos, afligidos y con una vaga sonrisa en el rostro dando un hasta luego.
Era mi turno de ingresar y la tensión se sintió tan solo con ver al doctor, continuamente al saber mi nombre dijo, llevas un proceso excelente, ¡pero! esa palabra hizo que mi mente diera vueltas, seguidamente, sonreí y dije, ¿pero? A lo cual él respondió, tienes un problema en la vista, astigmatismo y un papiloma en el parpado inferior izquierdo y esto no te deja continuar en el proceso, créeme que por mi te daría el pase, adelante pero más por lo mismo te van a dejar, y no está bien que te haga perder más tiempo, dinero y te llena de ilusiones que solo duraran un rato, sé que tienes un gran amor por la institución y te desempeñarías muy bien mas no es el momento, después puedes ingresar.
Al escuchar estas palabras lloré como una niña pequeña que perdió su dulce, aún mi mente seguía procesando lo que acababa de oír, mi mayor miedo, se había convertido en una realidad, al salir del cuarto agache mi mirada y camine lentamente hacía donde se encontraba Mi Intendente Guerrero, le mostré mi carpeta documentos y en silencio comenzó a sacar algunos, mis fotos, mis evidencias del proceso, me miro a los ojos y me dijo, no se de por vencida, la institución siempre tendrá las puertas abiertas para ti, por si día lo quieres volver a intentar. Con esto me levante, vi a mis compañeras y era mi turno de decir adiós y si, puse mi mejor sonrisa, deseo de todo corazón que ellos puedan ingresar, di la espalda y salí, las lagrimas continuaban en mi rostro sin cesar, nunca me había tomado tanto tiempo recorrer ese pequeño lugar, en silencio le di un hasta pronto y continuar mi camino a paso lento dejando salir todo de mí, ya me había planteado caminar desde la escuela de Carabineros hasta Vélez para calmar el dolor de mi corazón con el cansancio físico, mas no fue así, de la nada paso un chico y quizás al ver mi rostro paro y se ofreció a llevarme, conducido despacio, mirando por el retrovisor para encontrar mi mirada ya a través de ella diciéndome que todo estaría bien sin ni siquiera pronunciar una palabra, al llegar le agradecí y continué hacía casa de mis primos, lujar donde me estaba hospedando por esos días, ingresa sin ser notada y solo me tendí sobre la cama, dando un último suspiro y llenándome de fuerza. para contarles la noticia, luego llame a mi mamá, a mi tía, a esas personas que me estuvieron apoyando todo el tiempo.
De vuelta a casa, se me hizo el camino eterno, lloré y lloré hasta que el cansancio me hacía dormir, recuerdo las miradas de los demás pasajeros haciéndose preguntas entre ellos y creando conclusiones del porqué de mi llanto y no me importo, al final el duelo era mío, tanto así que al llegar al borrascoso no me di cuenta y casi paso de largo, agradeciendo a un señor de corazón noble que de alguna forma había escuchado que me quedaba allí y muy respetuoso me dijo, niña ya estamos en el borrascoso, le agradecí con una pequeña sonrisa y por segunda vez Dios puso un ángel en mi camino.
Al llegar a casa, nuevamente puse mi mejor sonrisa, no quería que mi mamá se sintiera mal por mí, solo dije vagamente que las cosas pasan por algo y sí, ¡las cosas pasan por algo! Si no hubiera sido así hoy no estaría aquí, no estaría escribiendo este pequeño texto, no sabrían de mí, no tendría a estas mujeres hermosas como amigas, Lili, romántica empedernida, alta, de sonrisa dulce, mirada audaz, morena como la miel, con un corazón de pollito; Leydi, carismática, mirada coqueta, cabello color zanahoria, blanca como la leche, alta, pero ni tan alta, sentimental y al tiempo fuerte como un roble; Vanesa, terca como ella sola, cabello negro como la misma noche, piel azúcar morena, mirada fuerte y radiante, ningunear es su violonchelo y aunque no deje salir a la luz sus sentimientos, ella es un amor.
Enero 22 del 2024. Nuevo año, nuevos comienzos, nuevas amigas, nuevos maestros, nuevas experiencias, una nueva oportunidad para dar todo lo mejor de mí, aunque es complicado, aunque nadie lo ve, mi corazón no está bien, mi mente no está bien, mi cuerpo pide comprensión y amor, pero soy fuerte cada día que pasa y pido a Dios por fortaleza. Por que al final del camino me tengo a mi, y yo soy esa luz que resplandece al final del túnel, soy amor, soy paz, soy resiliencia, soy audaz, soy capaz, yo puedo y me yo me lo merezco.
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